" La Sombra Del Naranco ": El hombre y la máquina

jueves, 16 de septiembre de 2010

El hombre y la máquina


"No podía creer lo que estaba ocurriendo, se encontraba enfermo aquella mañana, decaído y con un dolor generalizado en sus extremidades.
-Pero seguidamente (pensó) debía ser que el frío de la otra noche cuando dejé la ventana abierta.

Encendió un cigarro y sonrió... pensó en su vitalidad y en la capacidad para averiguar cualquier tipo de situación... dominio y poderío de ser capaz de controlarlo todo.

De repente un intenso dolor le invadió cegándole, esta vez se desplomó en mitad del paseo, las luces empezaron a nublarse y sintió por primera vez la impotencia de no poder hacer nada, a merced de los viandantes y extraños que pasaban por allí.

Lo último en recordar fué una exclamación y una borrosa visión de un joven desaliñado:

-Pobre hombre, le ha debido de dar un infarto.

El sonido de una ambulancia fué lo siguiente que pudo escuchar mientras perdía el contacto con el mundo real... sintió unas manos que le acariciaron, pero no pudo saber de donde procedían...

Despertó en aquella habitación y sintióse débil y ridículo, pensó que su cuerpo soportaría cualquier abuso. El carácter a veces no es compatible con nuestra "máquina" genéticamente caprichosa a la suerte de la madre naturaleza.

Aprendió a valorar cuando aquel extraño (y médico) le sonrió mientras le ayudaba a levantar el vaso con la medicina en aquel hospital... quizás no sea de mi estilo pensó, porque en su muñeca luce una pulsera de cuerda, en su ceja un piercing... pero en ese momento hubiese dado todo por tener su misma salud.

Quizás nunca hubiese imaginado la compatibilidad del cariño de aquel médico extranjero con su status social refinado, mientras le hablaba con atención y cariño."


Tu mejor lubricante para seguir funcionando... nunca sabes quién te lo administrará.


Jose.




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