Mis padres

No siempre nos entendímos, muchas veces chocaban nuestras opiniones... Mi padre no fué lo que se dice una persona dialogante sino mas bien lo contrario. Mi madre de fuerte caracter y demasiado brusca en sus palabras, pero buena de corazón... aunque muchas veces no basta con ser buena una persona, hay que demostrarlo incluso con palabras.

Padres típicos de la España de la posguerra, con muchas calamidades en su niñez, muchas carencias en sus vidas, ya sabéis bien lo que os digo.

Muchos años con conflictos de todo tipo, nos mantuvieron demasiado separados. Les faltó comprensión y cariño que demostrar.

Eso no cambia las cosas; ellos son los seres que me dieron la vida y mi sangre es común a la de ellos. Gracias a Dios pude darme cuenta antes de que fuese tarde y demostrarles poco a poco que lo verdaderamente importante todavía no se apagó y de eso mucho tuvo que ver Susy la personita que nos hace tanto bien...

Me pongo en su lugar y se me llenan de lágrimas los ojos, porque debido a las circunstancias que vivo me doy cuenta el valor de los hijos, del trabajo y del sufrimiento, de lo poco que somos. Lo sumamente frágil del ser humano.


Una vida llena de errores y de aciertos al igual que la mía propia, hacen que la mirada resentida por el egoísmo de las personas que a nuestro lado pasaron, se diluya con el abrazo de nuestras pequeñas.

Tendremos que educar a nuestras pequeñas para defenderse de las situaciones que llegarán sin duda. Por ley de vida.

A nuestros hijos debemos enseñarles a dominar el amor y el odio, el egoísmo y la bondad, a olvidar de verdad sin rencor, pero sobre todo a ser unas buenas personas. De ésto último mis padres acertaron con nosotros, por suerte no erraron ahí.



P.D.

-Somos muy tontos, chicos y chicas, lectores del blog. Os lo digo de corazón y de verdad: nunca dejéis de lado a vuestros padres por muy opuestos que os parezcan. Un día se irán con el alba o al atardecer y todo habrá terminado: enfados, gritos, insultos, dinero, odio y rencor... Se irá para siempre algo vuestro, muy importante. Y quizás no es tarde todavía, apura los últimos cartuchos, por favor.