Vi en la calle a una niñita temblando de frío con un vestidito ligero, parecia con poca esperanza de encontrar una comida decente.
Me enojé y le dije a Dios:
- ¿Por qué permites esto? ¿Por qué no haces algo para remediar esto?
Por un rato Dios no dijo nada y esa noche, Él respondió de pronto diciendo:
- Ya hice algo para remediarlo... Te hice a TI.
Me enojé y le dije a Dios:
- ¿Por qué permites esto? ¿Por qué no haces algo para remediar esto?
Por un rato Dios no dijo nada y esa noche, Él respondió de pronto diciendo:
- Ya hice algo para remediarlo... Te hice a TI.
5 comentarios:
Siempre preguntamos el porqué de las cosas y a veces la respuesta somos nosotros mismos.
Cuento corto, pero precioso.
El cuento demuestra que dios es como hacienda: somos todos.
La nena que sale en las fotos ¿es tu hija? es una preciosidad !
Cuento precioso el de hoy.Intentaremos estar a la altura.
La preciosidad de las fotos es nuestra hija,esther. ¿Verdad que es linda?
Como muy bien has dicho, preguntamos y preguntamos cuando realmente tenemos la respuesta en nosotros mismos. Solo hace falta respirar y ver el reflejo.
Un abrazo enorme.
Lara tiene alas
Publicar un comentario