" La Sombra Del Naranco ": "No perdámos al niño que llevamos dentro"

jueves, 27 de noviembre de 2008

"No perdámos al niño que llevamos dentro"



Me preguntó bruscamente, y sin preámbulos, como fruto de un problema largo tiempo meditado en silencio:

-Si un cordero come arbustos, ¿come también flores?

-Un cordero come todo lo que encuentra.

-¿Hasta las flores que tienen espinas?

-Sí. Hasta las flores que tienen espinas.

-Entonces, las espinas, ¿para qué sirven?

Yo no lo sabía. Estaba entonces muy ocupado tratando de destornillar un bulón demasiado ajustado de mi motor.

-Las espinas ¿para qué sirven?

Yo estaba irritado y respondí cualquier cosa:

-Las espinas no sirven para nada. Son pura maldad de las flores.

-¡No te creo! Las flores son débiles. Son ingenuas. Se defienden como pueden. Se creen terribles con sus espinas. ¿Y tú, tú crees que las flores…?

-¡Yo no creo nada! Te contesté cualquier cosa. ¡Yo me ocupo de cosas serias!

Me veía con el martillo en la mano y los dedos negros de grasa, inclinado sobre un objeto que le parecía muy feo.

-¡Hablas como las personas grandes!

Estaba verdaderamente muy irritado. Sacudía al viento sus cabellos dorados.

-Conozco un planeta donde hay un Señor carmesí. Jamás ha aspirado una flor. Jamás ha mirado una estrella. Jamás ha querido a nadie. No ha hecho más que sumas y restas. Y todo el día repite como tú: “Soy un hombre serio”. Se infla de orgullo. Pero no es un hombre; ¡es un hongo!

El principito estaba pálido de cólera.

-Hace millones de años que las flores fabrican espinas. Hace millones de años que los corderos comen igualmente las flores. ¿Y no es serio intentar comprender por qué las flores se esfuerzan tanto en fabricar espinas que no sirven nunca para nada? ¿No es importante la guerra de los corderos y las flores? ¿No es más serio y más importante que las sumas de un señor gordo y rojo? ¿Y no es importante que yo conozca una flor única en el mundo, que no existe en ninguna parte, salvo en mi planeta, y que un corderito puede aniquilar una mañana, así, de un solo golpe, sin darse cuenta de lo que hace?

Si alguien ama a una flor de la que no existe más que un ejemplar entre los millones y millones de estrellas, es bastante para que sea feliz cuando mira a las estrellas. Se dice: “Mi flor está allí, en alguna parte…”. Y si el cordero come la flor, para él es como si, bruscamente, todas las estrellas se apagaran. Y esto, ¿no es importante?

Antoine de Saint-Exupéry "El Principito"



3 comentarios:

Susy dijo...

Es precioso,mi amor.Gracias.

temmpus dijo...

Cuanto más se entiende a los niños, menos se comprende a los adultos.

Un abrazo!

Lara tiene alas dijo...

El Principito es tan mágigo y tan maravilloso que aun no entiendo como no es lectura obligatoria :)

Me encanta!!

Un abrazo José,

Lara tiene alas