lunes, 2 de noviembre de 2009
Descansa en paz, compañero.
Si hubiese una definición para describir una tragedia inesperada como la muerte de un compañero tan joven y tan vital como la que se acaba de producir a causa de un accidente de tráfico; la gritaría frente a las montañas o frente al mar, con rabia y con dolor donde no me pudiese oirme nadie, excepto el creador.
Tan sólo veinticuatro años, cabello rubio, ojos claros, puro nervio y fuerte como un roble... de la última generación de los nuevos jóvenes taxistas que todavía saludan en voz alta y sin complejos. Que preguntan interesándose verdaderamente de corazón por tí.
Compartí con él, algún café en la gasolinera de Cooperativa y me aconsejó que a pesar de que mi taxi estaba averiado irremediablemente que marchara de vacaciones, que no me amargara más. Me aliviaron sus palabras como un bálsamo en mis ampollas.
Y eso me animó a llamar a Susy... marchamos y todo salió bien.
Mentalidad joven y positiva. Cuando hablé por primera vez con J.Antonio, me llamó la atención su carácter negociador y emprendedor. Risueño y capaz.
Al poco tiempo de trabajar como asalariado, se convirtió rápidamente en titular de su propio auto taxi, como es natural en personas de éste tipo.
Cuando veía su taxi aparcado alguna mañana al sol, sonreía yo, hacia mis adentros... porque sabía perfectamente que esa noche debió de haber "trabajillo" y todavía estaba descansando el compañero. Nos conocemos muy bien los currantes.
En fin, que más se puede decir de una persona tan parecida a mí mismo que acaba de decirnos "hasta pronto", nos vemos en el cielo.
Descansa en paz J. Antonio, espéranos con tu alegría y tu mirada clara de buen compañero y persona que has sido...
Hasta pronto.
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2 comentarios:
Las mismas esquinas, las mismas señales, aunque un océano nos separe, mi corazón está con Uds. hermanitos y colegas, una lágrima, un saludo y un abrazo en la distancia, que siempre estará esperando para compartir otra vuelta de café...cuidalo mucho mi Dios.
Acabo de leer la noticia en el periódico de Aragón, joder que eran jóvenes, la vida en un aliento. Duele, y mucho.
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