" La Sombra Del Naranco ": El taxista Leo

jueves, 19 de noviembre de 2009

El taxista Leo


Leo, un taxista zaragozano de los que siempre es bueno aprender por su discrección y constancia en el trabajo.

Leo nunca tuvo hijos, sin embargo tuvo siempre algún aliciente para seguir saliendo a las siete en punto de la mañana, parar a tomar un cafecito sobre las doce y media y aguantar de tirón hasta las tres.

La mujer de Leo, una señora igualmente discreta y según Leo con gran parecido a Maribel Verdú, posee un pequeño negocio que puntualmente todos los días saca adelante, cerca de su casa. Hacia el trabajo, va caminando como siempre, el mismo trayecto, las mismas caras... el resto de su vida pateando sobre las mismas aceras y los mismos pasos de cebra.

A pesar de no tener familia, Leo dice ser feliz, con el pincho de jamón o de tortilla, que a las nueve menos cuarto de la noche, disfruta con su señora.

El fin de semana marcha a una pequeña finca con el todo terreno. Allí desconecta de las jornadas de trabajo entre la estación y los paseítos cortos sobre su taxi.
Se distráe en el terreno con su perrilla y eso vale más que muchos ' amigos ' dudosos.

Y pasaron los años y las canas empiezan a tener un color predominante en nuestro cabello, nos hacemos mayores... cuando le conocí él tenía cuarenta años y ahora unos quince más.

Recuerdo sus consejos y palabras; me pregunto por qué tenía razón en casi todas las predicciones, aunque se equivocó en algo. La crisis que vivimos actualmente es mucho peor de lo que vaticinamos.

Su viejo mercedes automático aguanta como un roble al paso del tiempo, mientras, Leo no para de mimarle y pasarle la gamuza en la Estación Intermodal.

Leo no sueña más que en su reposo y disfrutar de la naturaleza. Y yo le respeto y casi le admiro, porque casi siempre detrás de vosotros, las personas que ríen y son discretas a la hora de opinar, hay honestidad. Duros defendiendo los derechos básicos y esenciales de convivencia.

Le recuerdo muchas veces... aunque Leo no es su nombre real, su iniciales son T. H. E. (eso es lo de menos). Lo importante es verle pasar con su estrella, sin prisa pero sin pausa en su trabajo.

La ilusión se busca en pequeñas cosas y en momentos intensos... y de eso, Leo es un verdadero maestro.

Brindo con brandy 501, a tu salud....




2 comentarios:

Susy dijo...

De pequeñas cosas se saca mucho más "jugo" que de grandes premios.Las pequeñas cosas son las que nos hacen verdaderamente felices.
Dar un paseo en bici por un camino tranquilo,disfrutando de la naturaleza y de los sonidos del silencio...aunque tengas que llevar la boca cerrada para que no te entren los mosquitos...¿me entiendes?
TE AMO

Raúl Paulís dijo...

la misma ilusión que me enseñó a tener mi padre por mi trabajo y la constancia en él, y también lo aprendí viendo pasar la estrella, un abrazo