" La Sombra Del Naranco ": Yo soy taxista ; tu conserje...

viernes, 20 de noviembre de 2009

Yo soy taxista ; tu conserje...


Llevo un taxi.

El taxi es para transportar personas.

Yo como del taxi (del mío).

El taxímetro es el medidor del tiempo y de los metros recorridos llevando a personas.

De repente, recibo una llamada a las 2 de la mañana, del Hotel Boston *****

Después de diez minutos sale el conserje bien uniformado y abre la puerta delantera del taxi.

Me ofrece veinte euros para que supuestamente me vaya a comprar un paquete de marlboro.

Le recuerdo al conserje que transporto personas y sólo hago encargos por razones que yo considere 'normales', como servicio de medicamentos u otras cuestiones de razonable necesidad.

Me comenta que los señores que estan en la suite del hotel no entienden mi postura. La única postura a tener en cuenta es la del que paga (incluso sexual): Y los clientes quieren fumar.

Le digo que mi tiempo en esos momentos suman más de siete euros y no estoy dispuesto a comprar vicios a nadie. Que me pague mi tiempo.

Acto seguido me dice el conserje, que si no voy a comprar el 'malporro' no cobro.

Le digo que lo siento mucho y que no quiero perder más mi tiempo con éste asunto. No sin antes invitarle a que vaya él a comprarlo.

Me contesta que a él no le sale de los botones cromados, ir a comprar el paquete de marlboro.

Meto la primera velocidad y me pierdo en la oscuridad de la noche, buscando un servicio apto para taxi.

¿Tener el taxímetro funcionando en tu taxi, da derecho a un cliente a utilizarte como botones o incluso con mucha imaginación... como chófer de su coche particular como ha ocurrido alguna vez?

¿Soy gilipollas?

3 comentarios:

Jose dijo...

Sí Jose, eres un gilipollas.

MARIOGDECONDICION dijo...

noooo,que vas a ser eso, los gilipollas como tú dices, son esos que viven una vida prestada, no vosotros que os pelai el que te dije todos los santos días para parar la olla como decimos acá, sos un capo hermanito, ellos no existen.

Raúl Paulís dijo...

a mí más de una vez me han parado en la calle y me han dado un sobre con una dirección, y cuando me pasa eso tengo un problema, olvido el camino más corto; cuando el taxímetro marca me gano la vida, al menos el sobre no va borracho ni te da la brasa, un abrazo