Los errores se deben de reconocer

La última injusticia acaba de terminar hace unas horas, con el diálogo y la palabra. Pero sobre todo, por dar mi brazo a torcer.

Hace cuatro meses, después de varias averías en el taxi... el turbo se averió inoportunamente y como siempre recurrí al taller de Cooperativa que bajo mi punto de vista ha sido y es el mejor taller para el taxi, a pesar del último incidente.

El turbo fué sustituído por otro nuevo, que inexplicablemente, me dejó nuevamente tirado a las tres horas de su colocación, en medio de la autopista de Barcelona, dirección a mi casa.

Al día siguiente, Antonio no se explicaba lo ocurrido y me dijo que se pedía otro turbo nuevo y se solucionaba el imprevisto.
El nuevo turbo es colocado y funcionó a la perfección, hasta el día del colmo de las desgracias; el día que el motor dejó de funcionar para siempre por falta de engrase, debido al uso de un aceite inadecuado.

Después de afrontar la nueva gran avería en medio de un año marcado por la crisis, me quedaba un consuelo: El nuevo motor (de desgüace) venía con el turbo incluído. De lo poco que pudo salvarse del amasijo de chatarra del motor averiado era el turbo recién cambiado hacía quince días. De modo que no cabía la menor duda que ese turbo que sobraba era mío.

Después de varios meses, pagando mi (nuevo motor) en plazos de quinientos euros, me dicen que tengo que pagar DOS turbos, porque el turbo que duró varias horas, nadie se hace responsable. Que sólo es culpa de mi motor que no engrasaba correctamente. Ésta teoría no es para nada creíble, porque el último turbo funcionó correctamente con el "mismo engrase" y éste NO SE AVERIÓ.

Después de aguantar malas contestaciones delante de compañeros, ponerme en evidencia con descalificaciones al más puro estilo barriobajero, me marché indignado e impotente. Pero con un AS debajo de la manga: El último plazo de mi motor (500 euros) sumaba la misma cantidad que cuesta un turbo en el maldito motor Citroën 1600CC 110 Cv.

-"O me das mi turbo, o no te pago los últimos quinientos euros del motor", le dije a Miguel, el jefe de los mecánicos. La polémica y la mala sangre estaba servida, poniendo en entredicho mi honradez.

-Tu turbo ya se lo hemos puesto a otro taxista, me dijo Miguel, el jefe mecánico.

-Bien, pues ya has cobrado mi deuda, amigo. Le respondí.

No nos pusimos de acuerdo en ningún momento, hasta que después de varios días, hoy bajé con el presidente de Cooperativa y por fin Miguel, dando la cara por el 'ausente' confesó el grave error que Antonio el operario cometió :

-No quitamos el microfiltro del turbo y se "jodió". Ahora ya lo quitamos en todos. Nos lo dijeron en la casa... así que vamos a tener que perder "las perras" el taller.

El presidente actuó correctamente, me ofreció que una parte la pondría Cooperativa, otra el taller y me preguntó:

-¿Te parece bien que tú pongas la otra parte, que vienen a ser 150 euros?

Mi respuesta fué afirmativa, por el bien de todos y aún sin NINGUNA OBLIGACIÓN de pagar errores de otros, acepté por principios humanos y lógicos al querer continuar como cliente en un taller que hasta la fecha no tuve ninguna queja.

Mis preguntas ahora son:

-¿Qué compañero llevará mi turbo de segunda mano?

-¿Lo habrá comprado por nuevo?

Satisfación personal, gracias al presidente Jesús Gayán y al jefe de los mecánicos, Miguel, por reconocer(en último momento) el error de su operario Antonio, que desapareció y no dió hoy la cara en ningún instante.


P.D.

"Errores cometemos todos, como humanos que somos, pero reconocerlos con dignidad eso ya es algo más complicado.
Pedir disculpas y perdón: eso ya es una utopía en personas con ese 'perfil' de orgullo bajuno"

-¿Te suena alguien con ese 'perfil' ?.

-Los hay a mares....