" La Sombra Del Naranco ": El dominio de nuestras posibilidades...

domingo, 11 de abril de 2010

El dominio de nuestras posibilidades...









" Se cuenta que un jovencito, a los doce años de edad, sufrió un accidente grave y los médicos debieron amputarle el brazo izquierdo.

El muchacho se recuperó moralmente y cierto día, animado, decidió aprender algún arte marcial apropiado a su condición. Se dirigió a un afamado instructor que vivía en la misma aldea, un hombre entrado en años.

El alumno, entusiasta y dedicado, aprendió con gran rapidez. Sin embargo, después de seis meses de práctica diaria dominaba un sólo movimiento, que ejecutaba casi a la perfección.

Preocupado por las limitaciones de su formación le solicitó a su maestro que le enseñara otras formas más complicadas. El sensei lo escuchó con respeto, pero le señaló que le estaba entregando todo lo que el necesitaba incorporar a su vida de combate, por lo que era fundamental que se tranquilizase y, sin quejas, siguiera perfeccionando los secretos de ese único movimiento.

Poco tiempo después el muchacho fue invitado a participar en un torneo y logró clasificarse como semifinalista. El rival a quien le correspondía enfrentarse era mayor que él, más experimentado y dueño de unas destrezas imponentes. Nada parecía favorable para que un joven lisiado tuviese alguna oportunidad, no ya de ganar, sino de salir ileso. Sin embargo, el maestro le exigió a su alumno consagración total a lo que le había enseñado, sin más complicaciones.

Después de una larga contienda, el vigoroso oponente comenzó a perder concentración y a fatigarse. El alumno, por su parte, continuó aplicando el único movimiento que dominaba, seguro, sin fatiga, hasta que consiguió derribar a su rival, exhausto, al suelo.

De regreso a su casa, el muchacho preguntó a su maestro, que caminaba en silencio junto a él, impasible:

- Maestro ¿cómo pude ganar aplicando sólo una posición de ataque?

- Aprendiste a dominar uno de los pasos más difíciles de todo el judo. La única defensa contra ese movimiento radica en que tu rival te tome por tu brazo izquierdo."



Enrique Mariscal en El poder de lo simple.








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