Tu próxima decisión, puede acarrearte problemas y quebraderos de cabeza. Un ejercito de peones que te miran atentos con gesto serio e inamovible. Puedes pensar que estan distraídos, pero a lo mejor miran con la gota en el diente, dispuestos a comerte entero.
Un movimiento erróneo complicaría todas las siguientes jugadas y como siempre hay quienes nos superan en todo, seguramente esperarán tenernos cercados e indefensos.
Pero en cambio también puedes confiar en tus posibilidades; ser frío y calculador. Talante serio y de cuando en cuando dejar brillar un gesto risueño de dominio en el tablero. Estar seguro de cualquier traspiés y volver a tomar las riendas.
Es tu turno, de tí depende la siguiente jugada: precisa, disuasiva, impecable o errónea.
De cualquier forma imagina un acantilado y el mar enfrente, y tu te encuentras en el borde, en los límites de la tierra. Tu adversario es la vida, los peones son el muro humano. Los huecos que tu ves desde arriba, te los buscas y preparas la siguiente jugada. Si conoces bien a tu adversario quizás adivines sus intenciones de empujarte...
Posiblemente, si lo piensas bien te pueda temblar el pulso, mientras escuches el "tic tac" del crono que cuenta tus segundos en tus decisiones.
Cualquiera que sea tu destino, tendrás que apechugar con tus decisiones y aprender de los errores.
Tendrás que aprender a ganar con dignidad y saber perder con igual humildad... y volver a preparar el siguiente duelo.
1 comentario:
Esta entrada es una de las que después de leerla 20 horas después, la borraría porque ya no me gusta. Pero bueno... la dejo.
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