-Adelante 2009... sigo en pie.

Eran las siete y media de la mañana, y me senté de nuevo frente a mi ordenador, no estaban las teclas en su sitio, se encontraban desordenadas y con olor a incienso. Mi mirada estaba cansada de destellos nocturnos y deslumbramientos humanos. La prensa con olor a tinta y a sangre. Me echo a llorar observando una fotografía de un hombre desesperado junto a los cadáveres de sus dos hijitos y un sobrino. Otros hombres le estiraban de la ropa para alejarle de tan terrorífica secuencia. Hombres matan a hombres. Crisis, hipócritas y despistados que miran a otro lugar.

El año acaba de comenzar, nuestro árbol de navidad luce en su base, los regalos que acaban de colocar los Reyes Magos hace unas horas,antes de marchar... las niñas dormiditas todavía y el sol a punto de asomar por la helada que cayó esta noche pasada.

Recuerdo el testimonio de un dominicano con ocho años en la ciudad que me contaba a primera hora de la noche que pensaba emborracharse para olvidar. Quería marchar a su tierra porque ya no vivía mejor en España, las cosas cambiaron y vivir por vivir no era de su gusto. Cambió familia y cultura por un nuevo futuro que se venía abajo ahogado en el alcohol y lamentos.

No tenía fuerzas para expresar lo disgustado que me sentía, ansias de silencio y meditación interior.

Después de dos horas de descansar profundamente me despertaron a besos las niñas;eufóricas con los regalos y llenas de ilusión. Fué reconfortante,aunque seguía agotado de la noche.

La noche en la ciudad fué fría y cruda; conductores anónimos con bajezas peligrosas.

Comida en familia y tarde de hospital con Susi, que cogió un catarrito y tenía fiebre la pobrecita. Gracias a Dios se encuentra mejor.

Para cenar encargamos unas pizzas y volvimos a ser felices con las nenas, sin pensar en las calorías...

Y por fin, sin fuerzas de nada,encuentro las teclas ordenadas y aquí me hayo escribiendo y mirando como mi Susy desmonta el árbol de Navidad en medio de un montón de envoltorios de regalos abandonados por los suelos.

"Los dias pasan muy rápidos", me comenta Susy, mientras mi post está a punto de publicarse. Es la vida.