Un día nació en su alma el deseo de esculpir la estatua del Placer que dura un instante. Y se fue por el mundo en busca de bronce, porque no podía contemplar sus obras más que en bronce.
Pero el bronce había desaparecido del mundo entero y en ninguna parte de la Tierra podía encontrarse, salvo el bronce empleado en la estatua del Dolor que se sufre toda la vida.
Y era precisamente él mismo quien con sus propias manos había modelado esa estatua, colocándola en la tumba del único ser al que amó en su vida. Erigió, pues, en la tumba de aquella mujer fallecida aquella estatua que era creación suya, para que fuese como señal del amor del hombre que es inmortal, y como símbolo del dolor humano que se sufre durante toda la vida.
Y en el mundo entero no había mas bronce que el de esa estatua. Cogió entonces la estatua que había creado antaño, la metió en un gran horno y la entregó al fuego.
Y con el bronce de la estatua del Dolor que se sufre toda la vida cinceló la estatua del Placer que dura un instante.
Oscar Wilde.
Bud Shank, fallecido recientemente
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JUEGA Y CALLA
1 comentario:
Yo creo que no hay dolores que se sufran toda la vida, por mucho que duelan, antes o después acaban por doler un poco menos, hasta que incluso llegas a olvidarlos. Y el placer que dura un instante sí que es bueno que el placer dure poco, porque si todo fuera placer en esta vida... no sabríamos lo que cuesta conseguirlo y a veces tienes más placer intentando conseguir algo, que cuando ya lo has conseguido.
1 abrazo joselico.
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