" La Sombra Del Naranco ": La duda de mi primera impresión

martes, 28 de abril de 2009

La duda de mi primera impresión




Era tarde ya (sobre las doce de la noche) de una desangelada noche de entre semana, la calle vacía como de costumbre últimamente. Aquel día se me olvidó ir a la caja de ahorros y a la mañana siguiente había que pagar algo en el cole de las niñas, no recuerdo el qué exactamente. El caso es que tenía que sacar dinero en ése cajero en concreto porque en Zaragoza sólo hay dos cajas de Cajastur y uno de ellos no funciona la libreta para los reintegros.

Mi sorpresa fué cuando al ir a entrar al cajero encontré un hombre en su interior tras los cristales, parecía dormido. Pensé que no le molestaría mi presencia y a mí la suya menos, así que tiré de la puerta tras pasar la banda magnetica por el lector.

Puede comprobar que estaba el cerrojo puesto dentro, creí que debería marcharme sin éxito... Pero casi al mismo instante de éste pensamiento el hombre se revolvió rápido y asustado tras escuchar el chasquido electrico de la puerta. Nos miramos a los ojos frente con frente tras el cristal y yo le dije con toda la naturalidad:

-¿Me puedes abrir un momento?.

El hombre sin dudar me abrió la puerta y me dió las buenas noches a su manera y yo hice lo propio y aún añadí:

-Siento interrumpirle, sólo será un "momentico".
-Nada nada, me contestó.

Cuando quedé de espaldas a él para introducir la clave secreta me vino a la cabeza que podía costarme caro lo que estaba haciendo, además también llevaba la recaudación de las últimas horas del taxi. Pero me fié de él y de mi primer fotograma personal que acostumbro a hacer cuando trabajo con la gente.

Aunque no es bueno hacer prejuicios de nadie, en éste caso funcionó y el hombre se comportó ejemplarmente.

Reconozco que pasé un momento de tensión y miedo a sus espaldas, en esos segundos que bajé la guardia para introducir la clave secreta, pero tan sólo fué un instante.

Al salir, nos volvimos a mirar extrañados y me dijo adios de la misma manera que me saludó al entrar, tan sólo una última cosa le dije.

-Vuelve a cerrar bien la puerta amigo, nunca se sabe quien puede entrar a estas horas...

-Asintió con la cabeza, dándole media vuelta rápidamente al cerrojo.




3 comentarios:

Susy dijo...

Eso fué una temeridad.¡¡Y luego me riñes a mi porque me fío de todo el mundo!!!¡¡¡¡Anda queeee!!!

Chary Serrano dijo...

suele pasar... en frio manda la razón y en caliente el corazón.

Maruja dijo...

Chico, tú si que eres valiente, yo me hubiera dado media vuelta