Otra percepción visual de la vida...

Yo no sé vosotros, pero cuando he viajado en avión, me he sentido la cosa más insignificante del mundo, a merced del piloto y del destino.

Cuando notas turbulencias y el avión se balancea de una altura a otra, sólo puedes cerrar los ojos y pensar en lo que quieras. O rezarle a tu Dios. Cada cual sabe lo que en ese momento pasea por sus fotogramas mentales.

No he publicado éste post para deciros que vayáis en taxi a Indonesia, pero dicho sea de paso, si se hacen cuentas y se viaja acompañado por el país... TAXIS_es probablemente una buena opción...

Admiro a los pilotos de avión, por sentir la magia de estar ahí arriba, ganándole el tiempo al sol y viendo el amanecer más largo o el anochecer eterno. Observar el hielo brillar cuando el primer rayo de sol se estrella en la carrocería metálica del pájaro gigante. Un taxi a lo grande... en otra dimensión.

Y no sólamente eso, ahí en las alturas todo es tan pequeño, que hace mayores las ridiculeces de aquí abajo. Imaginar por imaginar algo, el País Vasco a 30.000 pies de altura, algo insignificante y ridículo me viene el pensar tanta violencia en un lugar tan bello y chiquitín.

La gente, pequeños puntitos en ese pequeño lío social, manifestándose y luchando por sus derechos. Hormiguitas débiles y bulliciosas que viven ratitos más o menos felices, complicándose la existencia, los unos con los otros.

Impresionante vista aérea de la sociedad, de la vida. Observando como las comunidades y naciones son una simple continuación de tierra... todo lo demás son asuntos de humanos.

Además el volar de un lugar a otro, supone adquirir cultura. Te ayuda a tener otra visión global. Adquieres conocimientos y percepciones que jamás pensáste aprender.

Se ama todavía más lo cotidiano y lo que se cree aborrecer con la monotonía. Empiezas a seleccionar lo verdaderamente importante, a ir más al grano sin perder el tiempo en banalidades.

He volado en bastantes ocasiones y ahora que tengo mayores prioridades (familia), quizás sea lo único que echo de menos. Porque sé con certeza que viajar es uno de los mayores placeres que te ofrece la vida.

Sin embargo, de momento, sigo volando cada minuto de mi vida con la imaginación...