Un surtidor, una aventura...

Me he dado cuenta que segun a los diferentes lugares que voy a repostar con el taxi, tienen diferentes costumbres con las normas en los surtidores de combustible.

Soy de los que piensan que con el precio que pagamos por el gasoil o la gasolina, bien podrían atendernos personalmente y un poco mejor.

La cuestión es que muchas veces dudas, si tienes autoservicio o no. Si tienes prepago o tampoco. No mola nada, cuando en un surtidor autoservicio, te pegas un buen rato esperando una fila de un montón de metros y cuando te toca el turno, le dices:

-Por favor póngame cuarenta euros de gasoil en el número tres.
-Aquí primero se reposta y luego se paga... te dice un señor amable.

Y te quedas con cara de póker después de esperar siete minutos, con los cuarenta pavos en la mano.

-¿Y que más da? me pregunto, cabizbajo andando hacia el chorrito de gasoil... pensando en el complicado programa informático que deben tener en ese lugar.

Luego estan las estaciones "con servicio atendido" que cuando ya te han servido el combustible, y tienes los cuarenta en la mano tendida, te dicen:

-Pase por caja, por favor.

Y por más que miro cartelitos y leyendas que no hacen nada mas que prohibirme un montón de cosas, no encuentro las instrucciones del servicio en determinada estación. Además al mismo gasoil (de la misma calidad) en unos sitios se llama de una manera y en otros de otra. Esto último puede dar lugar a la confusión y a lo peor llenas el tanque con gasolina en vez de gasoil... y eso pasa.

Lo que me produce la risa es cuando consigo ver el funcionamiento de todo éste lío, pregunto dónde está el servicio de caballeros en la caja, y me responde:

-Mire, mi compañero el del bigote, tiene la llave, si no está ocupado el servicio en estos momentos, claro. Luego si es tan amable, me vuelve a traer la llave, que donde tiene que estar, es aquí colgada...

Luego voy dándole vueltas al coco pensando que todo son pequeñas complicaciones en el mundo y que tampoco es para tanto, no puedo estar pataleando todo el día...

¡ Pero me da una rabia...!