Hace unas horas, leí el post de Marco, me sentí orgulloso e identificado con su acción espontánea para hacer el bien a los demás... Le pedí permiso y colgué su post en la red (Twitter).
Ahí está el tesoro de la humanidad... Una persona puede ser seria o risueña, alta o baja de estatura, pero evidentemente eso no importa. Lo que importa realmente son los valores que un individuo adquiere con el paso del tiempo en la vida.
No es el dinero, ni la fama adquirida por un hecho sensacionalista lo que dice de una persona... son los hechos, la fuerza de la voluntad... "El cúmulo de impulsos" es el manantial de la vida activa.
Momentos después Ricard Tómas, de Lleida me envió el siguiente vídeo estremecedor por la demostración y cariño de un padre a un hijo... Lo mejor que he visto desde hacía mucho tiempo...
No hay palabras.
GRACIAS por compartirlo.
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