Busco motivos para escribir a estas horas de la madrugada. Me vuelvo a preguntar porque escribo y llego a la conclusión de que mis dedos están íntimamente sincronizados con mi cerebro, y aunque podrían delatarme, nada temo nada escondo.
Por eso quizás según las experiencias uno escribe de una manera o de otra, si es con imaginación mucho mejor. Nunca sabremos quien es el más imaginativo, porque las mejores cosas ni pesan ni tienen color ni sabor... se me antoja la esperanza -¿Quién sabe a qué huele la esperanza? ¿A nubes con agua? Ah! que las nubes siempre tienen agua.
Procuro tener la mente alerta cuando durante el día observo la calle y las personas...
Si no tengo ciudad para imaginar, pienso en ella (Zaragoza) y a su vez juego a combinar números, nombres y disparates. Es un juego que no tiene fin y en el que no gana ni pierde nadie.
Me gusta escuchar música y emocionarme en su intensidad. Shazam en mano para capturar y llevarme las canciones en el bolsillo.
Me gusta hacer todo aquello que menos hacen los demás, soy el espíritu contradictorio de la excepción. El único patito oscuro.
Al final siempre acabo en mi blog leyéndome a mi mismo, escuchando aquellas canciones que me gustaron las cien primeras veces o buscando apoyo psicológico en algún cuento que me hizo bien en el pasado, al fin y al cabo yo sigo siendo el mismo cabezota que hace dos o tres años...
Y ojalá siga así por muchos años más... No quiero volverme gris; no quiero.
Procuro tener la mente alerta cuando durante el día observo la calle y las personas...
Si no tengo ciudad para imaginar, pienso en ella (Zaragoza) y a su vez juego a combinar números, nombres y disparates. Es un juego que no tiene fin y en el que no gana ni pierde nadie.
Me gusta escuchar música y emocionarme en su intensidad. Shazam en mano para capturar y llevarme las canciones en el bolsillo.
Me gusta hacer todo aquello que menos hacen los demás, soy el espíritu contradictorio de la excepción. El único patito oscuro.
Al final siempre acabo en mi blog leyéndome a mi mismo, escuchando aquellas canciones que me gustaron las cien primeras veces o buscando apoyo psicológico en algún cuento que me hizo bien en el pasado, al fin y al cabo yo sigo siendo el mismo cabezota que hace dos o tres años...
Y ojalá siga así por muchos años más... No quiero volverme gris; no quiero.
Mi motivo principal para seguir escribiendo... Eres tú.
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