Necesidad

Es simple y tierno, pero es bonita la costumbre de dar un beso, una pequeña muestra de cariño. Cuando marcho, cuando llego, son cuatro besitos que me dan, a cual mejor, infantiles, cariñosos verdaderos y sencillos, como casi todo, pequeñitos pero de calidad. el cielo cuando los doy y los recibo.

No darlos, supone un vacío y una necesidad de correr en su busca. Cuando por las tardes las veo en el parque jugar tan felices me reconforta saber ser amado por ellas. El beso de Susy es un alivio es la felicidad, el contraste de mi tensión con su ternura, es contagiarme en su abrazo, todo lo anterior queda en un segundo plano. Es la barrera que separa el lado laboral con lo personal. Es el olvido de las personas grises, de los monstruos urbanos, es el encuentro con mi mundo real, el que cada semáforo escanéo para cargar mi deposito de tu combustible, con tu recuerdo que alimenta la continuidad. Los besos vuestros son la vida, el aire y el desahogo. Son como dije, el olvido y el encuentro.

Darme un besito, cada vez que los necesitéis; no vayais a esperar por eso. Seguir corriendo hasta estrellaros con mi abrazo, como en las tardes de parque y bullicio infantil. Lucía, Silvia, Susi y Susy. Beso y beso. Día a día.