" La Sombra Del Naranco ": " Cinco chocolates "

domingo, 7 de junio de 2009

" Cinco chocolates "





Tarde de paseo por la ciudad, disfrutando de la compañía de Ramón, nuestro invitado y gran amigo. Visitamos la Catedral de La Seo y una vez más recorrimos admirando su belleza y valor arquitectónico, sólo que enriquecida con los comentarios sobre arte y pintura excepcionales de Ramón.



Después de pasear largo rato y ya cansados se nos ocurrió ir a la chocolatería "Valor" a merendar un buen chocolate con churros. Ésta vez iba a ser en Zaragoza, (siempre vamos en Oviedo a la misma franquicia de ésta firma comercial).

Nos hacía ilusión invitar a Ramón, aquí en nuestra ciudad.









Dicho y hecho, cinco chocolates sobre la mesita de mármol, recién preparados y un montón de porras crujientes y fritas.



Ramón se pidió un chocolate "francés" suave y frío.



Como por arte de magia, las niñas afirmaron que ya no les gustaban las porras, con lo cual sobraban mas de la mitad de las porras, porque Ramón a última hora pidió chocolate frío...



Lucía delante de su chocolate calentito y con las porras que no iba a comer, dijo que ella prefería el chocolate frío. Se puso terca y medio llorando, afirmó no comerse ni siquiera su chocolate.



Su hermana Silvia más inteligente, tuvo la idea de ofrecerse para comer el chocolate suyo y el de su hermana, así papá pediría otro más, frío para Lucía.



Me negué rotundamente a consentir tanta tontería y le dije a Lucía que si no comía su chocolate caliente ni sus porras, se quedaría sin merendar, como estaba mandado.



Me dirigí a Silvia y le comenté que hoy había tenido suerte porque iba a merendar dos chocolates...



Mi sorpresa fué cuando observé la solidaridad de Silvia cuando me dijo, que si yo no pedía el chocolate frío para Lucía, ella no estaba dispuesta a dejar sin merendar a su hermana.



Me contuve de no mandar a la "porra" la merienda y a las niñas. Hice bien en contar hasta veintidós.



El chocolate de Lucía enfrió y poco a poco se le pasó el berrinche y la pataleta. Cual balsa de aceite, terminó comiendo su chocolate con sus porras.



Mientras la pequeña Susi, con sus dos añítos disfrutaba de las porras que mamá le daba, "pintadas" de chocolate.



Acabaron comiendo cada una su ración de chocolate y porras...





P.D.

No sé muy bien en qué momento cambiaron de opinión y de gustos, pero éstas niñas cada día me enseñan una lección que trato de aprender sin perder los nervios. Y no siempre lo consigo.

Como dice el juez de menores de Granada, Emilio Calatayud; es más difícil ser un buen padre que un buen juez. ¡ Y que razón tiene éste hombre !



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Juega y Calla













1 comentario:

ZOLDAR dijo...

Solo de ver el chocolate me ha entrado un deseo incontrolable de tomarme uno. Pero aquí no tengo ninguna tienda de "Valor", así que me tocará ir al super y comprarme uno de esos ya hechos (a falta de pan...)

Hay que ver lo listas y solidarias que son tus niñas!! No se les escapa una!! En fin, un abracillo :P (y besos para mi Susy))