" Asesinos del fin de semana "

Acababa de recoger a mi joven cliente en la Plaza de Albert Schweitzer. Delante de nosotros se cruzaron dos coches agresivamente. Serían las seis y cuarto de la mañana, (normalmente a estas horas ya no suele haber controles de alcolemia, por lo general) es decir hace tan sólo unas horas.

En el semáforo siguiente, uno de ellos tocó el cláxon al otro por algun motivo que desconocía.

El conductor increpado, se paró a la par nuestra y me enseñó el dedo corazón mirándome a los ojos. Sentí vergüenza ajena, cuando reconocí por sorpresa aquel muchacho del dedo rígido, conductor del todoterreno (un BMW precioso, rojo fuego y nuevo). A los cinco segundos, también él me reconoció. Se llevó el dedo corazón a la boca y me mandó un besito:

-Joder macho!!! lo siento, me dijo; todavía con el dedo en los labios.

-No me hagas caso,haciéndome un gesto claro, esta vez con la mano entera (en plan porrón), indicándome que estaba bebido o borracho.

-Hola, tío. Yo no pité, que lo sepas, le contesté en voz alta desde el taxi.

-Perdona, Jose.

-Joder! tío, joder!, le dije.

El semáforo se puso verde y cuando se puso en marcha, siguió jugando con los intermitentes, haciendo eses con aquel potente carro. Como pidiendo disculpas, y saludando con el brazo. Como que todo era un juego entre nosotros. Pedazo de melón.

El tío ganso, es una buena persona con mucho trabajo en sus bares de copas. Yo lo conozco desde hace años, cuando tuvo un modesto pero productivo pub en el barrio zaragozano del Actur. Allí parábamos a tomar café los taxistas; cuando los tiempos eran otros...

En la actualidad, posee otro pub en una lujosa zona residencial, cercana a la Cooperativa de Taxis. Incluso sé que goza de simpatía entre los taxistas y reposta gasoil en nuestros surtidores que siempre disfrutan de precios inferiores al resto de gasolineras.... En fin, que la vida es un pañuelo en esta Zaragoza del alma.

Imaginaros que se cruza un hijo vuestro por delante del BMW de marras, y lo mata. Así, sin mas.

-¿Que le haces?.
-Yo lo mato y me voy feliz al trullo, por las grandezas de Mahoma.

Recordé el blog de un taxista, en otras fronteras. En cada uno de sus post, al final, siempre da el mismo consejo: SI BEBES, NO CONDUZCAS.
Nuestro compañero tuvo peor suerte, perdió una hija, hace años... y cada día, él se sigue preguntando muchas cosas sobre su hija, si el destino hubiese sido otro.
Como cada año el compañero, recordaba a su niña Lyndsay cuando se cumplió un aniversario más de su fallecimiento.

Me hizo llorar cuando leí su post, cuando ví la imagen de Lyndsay... Le dejé un comentario muy doloroso. Podéis leerlo >>>> AQUÍ

Lo que quiero decir es que según mis observaciones, un hombre puede ser un hijo de puta con unos y muy cordial con otros. No es la primera vez que lo digo, ni será la última.

Es duro reconocerlo, pero el ser humano es así.