La fiesta de los toros, siempre la relacioné con el sol, el buen tiempo, un traje nuevo, unas bellas mujeres morenas y españolas con labios pintados en vivo rojo. Los caballeros camino a la plaza con cigarro humeante, artesano y con olor a buena hoja cubana.
Siempre me sentí atraído por el colorido brillante de los toreros, los destellos y su entrega a la religión en una tarde llena de ambiente y sonrisas. Muy española.
Pero poco a poco y muy a mi pesar con el paso de los años, he llegado a la conclusión que ésto es una gran estupidez y que en otros eventos se obtiene igual o mejor ambiente sin necesidad de ver sangre gratuita del sufrimiento ajeno (me da igual animal que humano).
Hay quienes aprovechan lo "antitaurino" para hacer el gamberro con pintadas macabras y demás estupideces. Lo que quiero deciros es que paso de chorradas, porque carne comemos todos y sangre hay en cualquier mercado de alimentos. Seré mas claro, no es necesario tanta estupidez con el tema "taurino".
Lo cierto es que en éstos últimos Sanfermines de los cojones, un joven madrileño reposa sin vida, como tantos otros, con el cuello partido y con el pulmón atravesado.
Ya escuché frases de "infortunio" y de que nada cambiará la fiesta del Sanfermín de marras...
Otros más ocurrentes miran hacia otro lado achacando las culpas al alcohol y tal, Y no señor, no. A los borrachos yo los llevo a casa todos los fines de semana y al trasluz de esa última borrachera, veo a la persona buena que se le fué la mano en la última copa. No sería justo que lo echase a patadas del taxi sólamente por el alcohol.
Miren, no puedo soportarlo más, tanta jilipollez con los Sanfermines.
Dí a entender al principio del post que me atraía la fiesta por muchas otras cosas que la sangre y la rabia. Me invade el dolor por ver un ser vivo muerto tan absurdamente.
Casualmente el otro día Pitch, el "chico" de Vero, mi hija, publicaba en su blog; bastante cabreado el tema "Sanfermín". Pues hoy no le falta razón.
No suelo utilizar tacos en mi querido blog, pero permítanme decir ahora:
-¡ Al diablo San Fermín !
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